Nadie puede poner en dudas que el fenómeno Facebook ha
jalonado la corta historia del internet. Por tanto la película ya resulta
atractiva sólo por el hecho de lo que significa la famosa página web para todos
aquellos que somos internautas.
Quienes formamos parte de la red social virtual más famosa
del mundo sentimos esa curiosidad por interiorizarnos de los detalles sobre
cómo se fueron sucediendo los hechos que la hicieron nacer. Así, quienes por un
lado somos cinéfilos y por el otro también usuarios de Facebook vemos
conjugarse dos grandes atractivos que hacen imposible el no ver la película al
respecto, por más que el mismo fundador Mark Zuckerberg dijera que no le gusta
la traslación de esa historia real a la gran pantalla.
Como verán, en mi introducción ya he citado algunos
elementos muy importantes para que la cinta atrape de antemano nuestra
atención.
Yendo al análisis en concreto del filme que aquí nos ocupa,
tengo que decir que la forma en que David Fincher nos cuenta la historia es
bastante atractiva y tan adictiva como la misma web sobre la cual en esta cinta
se explican sus orígenes.
El director va contándonos la historia dividiendo el tiempo
narrativo en dos: presente (el juicio que debe afrontar Mark Zuckerberg por
supuesto hurto y apropiación de ideas para crear el sitio web) y el pasado
mediante flashbacks (donde se nos va contando las numerosas circunstancias que
fueron llevando a la creación, consolidación y difusión del sitio web, así como
también las disputas y diferencias de opiniones entre los que formaron parte
del proyecto).
Es una cinta muy ágil y dinámica en su ritmo. Fincher nos va
relatando con buen pulso narrativo los sucesos que llevaron a la creación de
Facebook y los conflictos que fueron surgiendo alrededor de ese origen, sin
ahondar en detalles innecesarios y nutriendo a la trama con los datos más
significativos con los que se nos dan un amplio panorama de tales
acontecimientos.
Las actuaciones son otro punto alto en este filme. Jesse
Eisenberg no sólo que es bastante parecido físicamente a Zuckerberg, sino que
además caracteriza de manera muy convincente a su personaje. El joven actor
logra hasta ahora su mejor interpretación dando vida a ese excéntrico genio en
lo digital. Verdaderamente que su actuación está muy lograda, como para que
vayamos conociendo ciertos rasgos de la personalidad del joven millonario
creador del Facebook.
Los demás del elenco también salen sobrios en sus
respectivos papeles, pero obviamente que no acaparan todas las miradas debido a
que el gran personaje de la cinta es Zuckerberg.
Los demás rubros del filme también están correctos, aunque
no merecen menciones especiales.
En fin, Fincher logra engendrar una crónica muy ilustrativa
sobre los orígenes de FB. El director logra dar sobradas pruebas de que es un
cineasta completo y versátil para encarar proyectos de toda índole. Aquí
aprueba como cronista al desplegar con suficiencia una obra biográfica que se
presenta absorbente de principio a fin en sus explicaciones.